miércoles, 3 de diciembre de 2008

#036 You know what? I've been in Mexico, y me encantó

Ya está aquí el relato de mi fugaz visita a México. Me ha quedao un poco largo pero ha sido por hacerlo todo en una sola entrada. 

Como podéis imaginar sobreviví a Ciudad Juarez, el lugar más peligroso del planeta, pero la sensación que me quedó es que no quiero volver a ella nunca más, al menos si la situación no cambia. Las calles están llenas de coches sin matrícula, todos ellos son robados por los narcos para hacer sus fechorías, es una ciudad muy descuidada en la que en algunos sitios puedes ver agujeros de bala [no puedo evitar decirlo con el tono que utiliza Gordi en Los Goonies], y además está muy americanizada. Pero bueno, Juarez era sólo un lugar de paso, porque el destino real era Monterrey donde me esperaban Leire y Mikel, literalmente, me estaban esperando cuando llegué con el taxi a su puerta. 

Tras dejar las cosas en su departamento y beberme una cerveza especial navideña (no recuerdo la marca) nos fuimos al encuentro de Montxo para cenar unas papas en un restaurante callejero muy auténtico. Estuvo bien reunirse con amigos de Pamplona después de dos meses. 

Al día siguiente empezó la verdadera visita a Monterrey. El día nos deparó un clima caluroso, cercano a los 30 graods, con un sol imponente (que se lo pregunten a la frente de Mikel). Caminamos hacia el centro desde el departamento de Leire y Mikel y nos acercamos a la Macroplaza a través del barrio antiguo, el lugar de marcha de la ciudad. En la Macroplaza están casi todos los edificios importantes de la ciudad. Ahí van las fotitos.

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Justo delante de este último edificio, que es el museo de historia, habían plantado un enorme árbol navideño al que se podría calificar como un pelín feo.


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Desde ese punto comienza el Paseo Fundidora, un río artificial que construyeron con motivo del Forum de las Culturas que tuvo lugar el año pasado en la ciudad, no sé si sería tan tomadrua de pelo como el de Barcelona. El paseo es largo pero tranquilo y termina en la antigua fundidora que ahora está rehabilitada como museo de algo. No estoy seguro de qué.

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En la segunda imagen se ve al fondo el cerro de la silla, una de las montañas que rodean la ciudad. En realidad la ciudad está completamente rodeada por montañas. Después de eso, agarramos un taxi para ir hacia el Tec y visitarlo después de comer un poco de comida mexicana, lo de poco es ironía. Una imagen general del Tec y la foto de rigor con el símbolo de la Universidad.

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Para rematar la tarde, un amigo de Leire y Mikel, Oscar, nos recogió con su coche y nos llevó a visitar un mercadito donde me empapé de la verdadera cultura mexicana. Después nos fuimos a una fiesta de posada, una celebración prenavideña típica en México en la que se simula la llegada a la posada de José y María. La organizaba el club de montañismo en el que están inscritos Leire y Mikel, y la noche tuvo de todo. Comimos tamales, bebimos ponche, vimos las fotografías del semestre del club que eran chulísimas por cierto, "cantamos" el villancico de rigor y le dimos de garrotazos a las piñatas. No tengo fotos de la fiesta, Leire me las tiene que pasar todavía.

A la "mañana" siguiente, las comillas se deben a que nos levantamos a las 5AM, nos encontramos con dos amigos de Leire y Mikel del club para ir a visitar Real de Catorce. En Principio el plan era quedarse a dormir allí, y hacer excursión de dos días, pero al final el sitio no daba como para tanto y fuimos y volvimos el mismo día. E lviajees fue un poco pesado porque eramos 6 en un todoterreno, y menos mal que era grande. Pero llegamos prontito con todo el día por delante para ver el pueblo. Unas cuantas fotos de las callejuelas del pueblo. Casi todas en blanco y negro porque la verdad es que quedan mucho mejor asi. 

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Como veis el pueblo es muy antiguo. Se fundó cuando se encontró plata en las montañas en las que está asentado y cuando la plata se agotó el pueblo quedó abandonado. Ahora tiene interés turístico y por eso está lleno de puestos de reucerdos y mujercitas que te ofrecen gorditas (es una especie de tortita, no vayáis a pensar mal) por la calle, muy pesadas las señoras.Hay varios edificios de interés. Y las vistas son las que siguen.


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En la plaza del pueblo hay un kiosko típico en el que nos hicimos un par de fotos Leire y yo.

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Después de comer un desayuno, porque no servían nada de la carta de comidas hasta las 2 de la tarde, pensamos en hacer algo un poco más arriesgado. Así que barajamos las posibilidades. Había rutas a caballo o en Jeep. Preguntamos por la ruta en Jeep para ver la estción Catorce y la mina de plata, y tras regatear un poco con el chófer del Jeep acabamos comprándo el viaje. El tipo nos dijo que podíamos viajar dentro del Jeep o en el techo, que no tuvieramos miedo que iba a ir muy despacio. Yo me monté dentro para la bajada, pero hubo unos valientes que se subieron arriba.

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La verdad es que cuando empezó a bajar por el camino de cabras que descendía por la montaña me alegré de no haber subido arriba. estaba bacheadísimo y había precipicios importantes, no hae falta que diga que el Jeep cabía justo en el camino. Pero bueno, allí bajamos durante cerca de una hora hasta la estación que después resultó ser un poco decepcionante. Aunque el camino era precioso y merecía la pena hacerlo entero. 

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Los valientes dijeron que no era tan peligroso ir en el techo, así que para el camino de vuelta nos montamos todos arriba. 

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Y tras repostar gasolina tomamos rumbo norte hacia la mina de plata y Real de Catorce. A la salida del pueblo, dos francesas se montaron en el Jeep porque querían ir al pueblo, Leire habló un poco con ellas y creo que comentaron que venían del desierto donde van a comer peyote y todavía iban un poco colocadas. En fin. A mitad de camino de vuelta paramos en la mina de plata, que lógicamente está abandonada porque allí ya no queda plata. Por lo que nos contaron las galerías ocupan casi toda la sierra, es enorme.

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Ya queda poco, no os impacientéis. Para el Domingo dejamos el resto de la visita a Monterrey. El mercadito del Puente del Papa, que es un sitio enorme donde puedes encontrar cualquier cosa. Incluso algo que te roben allí, en pocos minutos estará a la venta. Y después de comer, terminamos la visita a los edificios emblemáticos de la ciudad y dimos una vuelta por unas calles más auténticas, de las que ya daban un poco de miedo.

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Tras la vuelta, encontramos un espectáculo de ballet en el edificio del museo de historia, lo vimos durante un rato, creo que era El Lago de los Cisnes y nos fuimos a cenar algo sano, una ensalada. Para contrarestar el exceso carnico ineludible en Mexico. Al día siguiente sólo dio tiempo para pagar mi visado de turista en un banco dentro del tec y reservar un taxi para el aeropuerto. El paso del puente en Juarez para volver a USA fue largo, pero no hubo problemas. Y una vez entré en la habitación me di cuenta de que ya casi no me queda nada aquí. Dos semanitas. Se está pasando muy rápido el tiempo.

3 comentarios:

amaia dijo...

me entran escalofríos solo de pensar que estuviste en Ciudad Juárez...ufff vi un reportaje una vez y se cometen alli verdaderas atrocidades contra mi género...
Oye, el pino de Navidad tiene su pounto, más que feo diría que es un pelín super gay no?? ggg
Me encantan las foticos que has puesto!!!

wrecklessjesus dijo...

En realidad, en Juarez el problema ya no es ése que comentas. Aquello ya se acabó. Ahora el problema es más grave. Hay dos bandas de narcotraficantes disputándose el poder en la ciudad, es una guerra encubierta. Hay muchos asesinatos todos los días.

mikelju dijo...

Pues sí, pues sí, muy chulas las fotos. Las de Real 14 en blanco y negro... es que no pueden ser de otra manera porque las ves y es como si ves fotos antiguas de tu pueblo... tienen que ser en B/N!!

Ya veo que no parasteis ni un segundo, eh? jode, qué ritmo. Y lo de agarrar un taxi... qué, ibais con patines y os asisteis al paragolpes, no?gg

La foto del Kiosko me recuerda a aquellas fotos en Paris con la Torre Eiffel al fondo. Pero en éstas falta un poco de amor en las miradas, no crees, Jes??