#008 En ruta, segunda parte

Estaba claro que todo no podía salir bien. El avión que me llevaba de Philadelphia a Dallas salió con mucho retraso a causa de un exceso de tráfico de salida, ya sabéis decenas de aviones en fila esperandpo coger la pista de despegue. Pero bueno, a lo largo del viaje el piloto nos fue informando que gracias al viento de cola el trayecto iba a ser más rápido así que llegaríamos a la hora. Pero Dallas es una ciudad con un clima bastante peculiar y al llegar allí había tormenta. 30 minutos nos tuvo el piloto dando vueltas sobrevolando la ciudad (ya casi me conozco su plano como la palma de la mano). Esto resultó en que salí del avión a las 21:55, hora de Dallas, y el siguiente vuelo salía a las 22:00. Adewmás tenía que ir desde la terminal D a la terminal A utilizando un tren que tienen, el SkyLink. A las 22:01, con la lengua fuera, llegué al embarque que por suerte seguía abierto y me monté en el último avión. 

A lo largo del viaje he ido sintiendome cada vez más dentro de América gracias a las gentes. Y esto llegó al límite en este último vuelo hasta El Paso. A mi lado un ciudadano americano cuyas espaldas eran como tres veces yo. Debía pesar algo así como 150 kilos, iba ataviado con todo el merch del equipo de fútbol americano de Pitsburgh y se interesó por mi procedencia y por qué estaba haciendo en USA. Era buen tipo. Delante mía la bandera americana con patas. Un señor de unos 55-60 años vestido con una camiseta que era en si la bandera de los Estados Unidos y un pantalón de chandal viejísimo de color rojo. Estuvo intentando ligar con la azafata sin suerte. Algo curioso que he detectado en este viaje es que en las aerolíneas norteamericanas las azafatas son bastante mayores, eso es algo que en Europa no es muy habitual. Bueno, en el vuelo también viajaba un tipo con sombrero de cowboy. América ya estoy aquí.

En estos vuelos repasé con interés el catálogo de Sky Mall, un catálogo e venta por correo que no tiene desperdicio. Es tan fantabuloso que le dedicaré una entrada porque venden cosas que cuesta creer que existan.

Al llegar a El Paso, Jaime Ramírez me esperaba para llevarme en coche a Las Cruces y registrarme en el hotel. Allí conocí a Lucía y Migue que me dieron de cenar amablemente y con los que estuve charlando un poco antes de deshacer la maleta y meterme en la cama. No he podido dormir mucho pero por ahora no estoy cansado. Hoy Lucía me ha enseñado el campus de la Universidad, que es bastante grande con muchos edificios diferentes aunque no muy grandes.He visto las instalaciones deportivas que están genial, como podréis ver en breve cuando cuelgue las fotos (esto me recuerda que David me tiene que volver a mandar el Autopano porque se me olvidó instalarlo en el portatil de la Uni). También he estado en mi nuevo despacho, en un centro donde se dan clases de inglés gratuitas, y en más sitios que no recuerdo. 

Más cosas. La habitación del hotel está guay, aunque los muebles son un poco antiguos. Tengo dos camas de 1,50 mara mi sólo, jajajajaja. Una cocina pequeña, un saloncito con un sofá y un sillón, dos televisiones, una en la habitación y otra en el salón, ambas con la HBO sintonizada en el canal 22. Por cierto, ahora están dando ET, y esta noche dan El Padrino III, pero todos sabemos que es una mierda, así que no la veré y menos teniendo en cuenta que esta noche hay debate presidencial, jajajaja. Hace una media hora me han preguntado por la calle si me quería inscribir para votar. 

Ya he colocado las figuritas que Coro y Vic me regalaron, están en el salón y ya han llamdo la atención, supongo que por lo maravillosas que son. El rosco del pasapalabra lo tengo en la habitación. La piscina del hotel me está llamando la atención ahora mismo porque hace bastante calor y me han entrado ganas de probarla. Igual salgo a correr un poco y luego me sumerjo. 

En fin, que estoy fenomenalmente bien.